Así como un tercio de todo el territorio brasileño está formado por zonas selváticas, la gran urbe que es San Pablo también tiene un sector donde la naturaleza se expresa con libertad.
Es el Parque Ibirapuera, llamado el “pulmón verde” de esa megaciudad.
El diseñador de ese Parque fue uno de los arquitectos artífices de Brasilia: Oscar Niemeyer.
Dentro de su gran superficie natural, Ibirapuera posee una vasta diversidad botánica y una serie de atracciones.
En las líneas que siguen descubrirás secretos para cuando visites ese clásico paulista.
San Pablo, como Londres y Nueva York
El Parque Ibirapuera posee alrededor de 1,5 kilómetro cuadrado de superficie y es el espacio verde urbano principal de San Pablo.
Podrían encontrarse similitudes entre él y el Hyde Park de Londres o el Central Park de Nueva York.
Ibirapuera se sitúa en la Avenida Pedro Álvares Cabral.
Desde la Catedral Metropolitana, son 45 minutos de caminata.
Para llegar en autobús, en la Terminal Tiête hay que tomar el 175T-10 hacia Metrô Jabaquara y luego caminar unos 5 minutos.
Para ir en auto, desde la misma Catedral, se toma la Avenida 23 de Maio/Corredor Norte-Sul, y luego la salida hacia el Parque. El viaje dura unos 8 minutos.
Deportes y dos museos escondidos en San Pablo
El Parque es perfecto para practicar deportes: desde el running hasta el skating, el fútbol, andar en bicicleta o simplemente caminar.
En cuanto a lo cultural, la primera atracción es el Museu de Arte Moderna o MAM. Fue creado por mecenazgo en 1948, siguiendo los pasos del MoMA de Nueva York. Dentro de sus inventarios se pueden encontrar piezas de todo tipo y autor. Por ejemplo, de Anita Malfatti, Aldo Bonadei, Alfredo Volpi, Emiliano Di Cavalcanti, José Antonio da Silva. Y también de Joan Miró, Marc Chagall, Pablo Picasso y Raoul Dufy.
Este museo se sitúa en la zona este, a la altura de la Avenida 23 de Maio, justo al costado de la calle que cruza el Parque entero.
El segundo museo, muy diferente del anterior, es el Museu Afro Brasil.
Está dedicado a la exposición de objetos relacionados con la cultura africana.
Fue fundado en 2004 por el actual director, Emanoel Araújo.
Sus colecciones se dividen en distintas temáticas: esclavitud, religiones, lugares de origen, historias y arte. Sus cerca de 5000 esculturas, pinturas, fotografías y documentos ofrecen un panorama de la cultura inmigrante de Brasil.
Entre los artistas destacados se cuentan Benedito José Tobias, Rubem Valentim, Heitor dos Prazeres, Manuel Mesías y Tiberio.
En la institución se realizan distintas exposiciones temporales. La más recordada fue la de 2014, “O Negro no Futebol Brasileiro – A Arte, Os Artistas” –que se traduce como “El negro en el fútbol brasileño: el arte, los artistas”. En ella se subrayó la trayectoria de los jugadores afrodescendientes en el fútbol brasilero –en coincidencia con el Mundial de Fútbol que se realizó ese año–.
Se encuentran en el Pabellón Padre Manoel da Nóbreg.
El Planetário de San Pablo
El Planetário do Ibirapuera fue, en 1957, el primero de Iberoamérica.
En ese año, los impulsores del sitio adquirieron un proyector Zeiss y así se inauguró el edificio.
Ese aparato realiza un trabajo espectacular. Dentro de una habitación oscura y en forma de domo, proyecta una copia fidedigna de las estrellas y otros objetos astronómicos que se hallan en el espacio.
El Zeiss es el mismo que se utiliza en el Planetario de Chicago, en el de Nueva York y en el de Tokio.
Además, imitando planetarios europeos –como el de París–, se instaló un museo que explica, con objetos y visitas guiadas, el desarrollo del universo.
Junto al Planetário se encuentra la Escuela Municipal de Astronomía, una de las más importantes del continente en términos de divulgación.
El Planetário se halla a 5 minutos de caminata de la Puerta 10.
Un dato a tener en cuenta: los museos y el Planetário no son atracciones gratuitas.
El león de San Pablo
Al sur y muy cerca del MAM, se ubica el Leão do Ibirapuera.
Es una portentosa estatua de un león, que se presta para una fotografía fuera de lo común.
Miles de turistas han posado junto a ella y han hecho que se convirtiera, por algún extraño motivo, en el símbolo de ese espacio verde.
La escultura está colocada frente al edificio de la Administración del Parque.