En el estado de Río de Janeiro, Brasil, se encuentra una localidad turística de menos de 70 kilómetros cuadrados que alguna vez fue desconocida: Búzios.
Luego adquirió renombre, pero ello no le quitó su encanto.
Ubicada a poco más de 150 kilómetros de Río, brilla por su arquitectura, cuyas construcciones no pueden superar —por ley— los dos pisos de altura y se basa en el uso de materiales rústicos como la madera.
Aquí hallarás motivos para visitarla y datos de las 3 mejores playas.
La persona que no conocía Búzios
En la década del 60, la actriz francesa Brigitte Bardot veraneaba en Río de Janeiro. Su figura comenzó a ser de fuerte relevancia —hoy es considerada una de las mujeres más bellas y una de las figuras centrales del cine que va de 1950 a 1960— y, en consecuencia, sufrió el acecho de infinidad de paparazis que la perseguían, intentaban tomarle fotos y sacarle alguna información.
Fue por eso que en uno de sus viajes de descanso, tras la presión de los periodistas, hizo caso a la recomendación de un amigo brasilero y huyó de Río en secreto para hospedarse en un pequeño pueblo de pescadores bastante desconocido llamado Búzios, lejos de las cámaras y de los reporteros.
Fue por este suceso —que luego se conoció públicamente— que Búzios comenzó, a partir desde la década del 70 y en adelante, a estar en el mapa turístico.
Principalmente, en sus inicios fue frecuentado por argentinos. Muchos de ellos llegaron al sitio, compraron residencias e hicieron negocios, aportándole movimiento y valor.
Algunos —se calcula que un 15% de la población total de Búzios— no volvieron a su país y residen en la localidad desde entonces.
La playa Ferradura
Ferradura es quizá la playa más importante. Con su arena blanca y sus aguas mansas y frescas se transformó en la preferida de los grupos de familias con niños, y de los aficionados a los deportes acuáticos. Cuenta con poco más de 1 kilómetro de longitud y se destaca por su forma de herradura —que le da el nombre— en la costa de una gran bahía que la protege de los vientos y de las corrientes marítimas. Sí, es como una gigantesca piscina natural.
Está ubicada en el barrio de igual denominación que es uno de los sitios elegantes de la localidad. Cuenta con imponentes mansiones dignas de admirar. El barrio es el lugar donde residen políticos y figuras mediáticas de Brasil, así como del resto del planeta.
Además, cuenta con una oferta gastronómica imperdible que principalmente ofrece mariscos, pescados y otros platos frescos. Sus clubes de playa aportan diversas actividades como los paseos en banana-boat, kayak y lanchas.
El extremo izquierdo de la playa tiene un estilo intenso. El extremo derecho, agreste y desolado, es el indicado para quien busca plena tranquilidad.
Otras playas
Ferradura se ubica en lo que sería el sur de Búzios. Si el viajero se dirige al norte, hallará otras playas deslumbrantes.
Entre ellas, sobresalen la Praia do Canto y la Praia da Armação. Ambas son ideales para bañarse en el agua, realizar deportes acuáticos como el windsurf o, simplemente, relajarse. Si el turista se hospeda en esta zona, puede quedarse tranquilo: está en el corazón de Búzios.
Nota final
Es visita obligada la Rua das Pedras o Calle de las Piedras —entre la Praia do Canto y la Praia da Armação, en la parte norte del centro de la ciudad—. Ahí se encuentran —en solo 600 metros de extensión— las principales tiendas, junto con una oferta nocturna en la que hay opciones para todos los gustos y edades.
Además, caminando por la costa, es posible cruzarse con la escultura de una mujer francesa, que en cierta oportunidad visitó ese rincón del mundo y lo convirtió en un destino célebre.
La obra de arte fue realizada por Christina Morra y su estilo hace que la gente abrace la escultura, la bese y, por lógica, se tome una foto con ella.
Los habitantes de Búzios también honraron a la actriz denominando al paseo costero donde se halla la obra con el nombre de Orla Bardot.